El valle de la visión

Oraciones Puritanas

DEVOCIÓN
¡Dios, mi fin!
Mi mayor y más noble placer es estar familiarizado Contigo y con mi alma
inmortal y racional; es dulce y deleitoso mirar mi ser cuando todos mis
poderes y pasiones están unidos y comprometidos en buscarte, cuando mi
alma ansía y apasionadamente suspira en conformidad Contigo y en el
pleno goza de Ti; no hay horas que pasen con tanto placer como las que
pasó en comunión con el Señor y con mi corazón.
Cuan deseable, cuan provechoso para la vida cristiana es un espíritu de
santa vigilancia y celo de Dios sobre mí, cuando mi alma no teme a nada,
excepto el dolor de ofenderte a Ti, Dios bendito, mi Padre y amigo, a quien
amo con ansia y deleite, en vez de ser feliz en mí mismo Sabiendo, como yo
soy, que este es el temperamento piadoso, digno de la más alta ambición, y
la mayor búsqueda de las criaturas inteligentes y cristianos consagrados,
que mi alegría se derive de glorificarte y deleitarme en Ti. Ansío poner todo
mi tiempo para Ti, sea en casa o en el camino, colocar todas mis
preocupaciones en Tus manos; estar enteramente a Tu disposición, no
teniendo ninguna voluntad o interés propio.
Ayúdame a vivir para Ti para siempre y volverme el último y único fin,
que yo nunca más, en ningún caso ame a mi propio yo pecaminoso.
