Estudio Biblico
Programa No. 2016-01-12
- DAVID LOGACHO
- Saludos cordiales amable oyente y la bienvenida a una nueva entrega de nuestro estudio bíblico. Estamos tratando el tema de la iglesia y las diferentes metáforas que de ella aparecen en el Nuevo Testamento. En esta ocasión vamos a estudiar acerca de otra metáfora de la iglesia de Cristo.
- DAVID LOGACHO
Una de las formas más prácticas y llamativas de comunicar verdades espirituales en la palabra de Dios es por medio de metáforas. Una metáfora es una figura de lenguaje por la cual se traslada el sentido recto de las voces en otro figurado, en virtud de una comparación tácita. Ya hemos visto que la iglesia de Cristo es un rebaño con un pastor. La iglesia de Cristo es la labranza de Dios. La iglesia de Cristo es el edificio de Dios y la iglesia de Cristo es el templo de Dios. En esta ocasión vamos a considerar otra metáfora de la iglesia de Cristo. Se encuentra en Efesios 1:22-23. La Biblia dice: y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Eph 1:23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Este texto nos está hablando de Jesucristo, quien resucitó de los muertos y se sentó a la diestra de Dios en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero. Todo esto fue el resultado de la exaltación de Cristo, después que fue humillado hasta lo sumo en este mundo. Pero la exaltación no sólo tuvo su efecto en las esferas celestiales sino también en las esferas terrenales. Por eso el texto leído dice que Dios sometió todas las cosas bajo los pies de Cristo y en esas condiciones, note amable oyente, Dios dio a Jesucristo por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia de Cristo. El hecho que Jesucristo sea la cabeza de algo nos obliga a pensar que también debe haber un cuerpo y efectivamente es así. El cuerpo es la iglesia de Cristo. El cuerpo que es la iglesia de Cristo, con su cabeza que es Cristo mismo, es algo completo y armónico. Por eso el texto leído dice que él es la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Muy bien. Lo dicho nos muestra entonces que otra metáfora de la iglesia de Cristo es un cuerpo. La metáfora es de lo más ilustrativa. Son varios los asuntos que sobresalen. Primero, el cuerpo demanda de una cabeza. La cabeza del cuerpo es Cristo. Note lo que nos dice Colosenses 2:9-10 en cuanto a Cristo como cabeza: Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,
Col 2:10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
Cristo como cabeza de la iglesia es algo realmente extraordinario. Cristo es Dios mismo, por eso el texto dice que en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Sólo alguien así puede ser la cabeza de todo principado y potestad y también la cabeza de la iglesia de Cristo, la cual es su cuerpo. Algo muy digno de notarse es el hecho que los creyentes estamos completos en Cristo. Esto es muy importante, amable oyente. No son pocas las veces que me encuentro con creyentes que se han embarcado en lo que yo llamaría la conquista del algo más. Parece que para ellos, estar en Cristo no es suficiente y es como si les faltara algo. Justamente por eso se dedican a buscar algo más. Piesan que si tan solo pudieran tener una experiencia sobrenatural, ya estarían completos, si sólo pudieran al menos presencia o mejor aún realizar señales, prodigios y milagros, ya estarían completos. Y como eso nunca pasa, se sienten creyentes de segunda clase y con desesperación corren de aquí para allá para recibir su milagro, no importa donde sea ni como sea. Pero cuan distinto es lo que encontramos en la Biblia. La Biblia enseña que Cristo es la cabeza de la iglesia y que nosotros estamos en Cristo y que en Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad y que por tanto, usted y yo que somos creyentes, estamos completos en él. No nos hace falta nada más amable oyente. No necesitamos más de Dios ni de Cristo, ni del Espíritu Santo, porque ya tenemos todo de cada uno de ellos. Lo que si nos falta mucho es que Dios tenga más de nosotros, porque nos resistimos a darnos todo a él. Lo que si nos falta es que Cristo tenga más de nosotros, porque no nos gusta que él reine y gobierne todas las áreas de nuestra vida. Lo que sí nos falta mucho es que el Espíritu Santo tenga más de nosotros, porque nos resistimos a que él controle todos nuestros asuntos y pensamientos. No deberíamos cantar: Yo quiero más y más de Cristo, sino Cristo quiere más y más de mí. Volviendo a la metáfora del cuerpo, en segundo lugar, todo cuerpo tiene miembros. Los miembros del cuerpo de Cristo que es la iglesia somos todos aquellos que hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador. Fue por el bautismo con el Espíritu que todos los que somos creyentes fuimos introducidos en el cuerpo de Cristo que es la iglesia. Ningún creyente ha sido dejado fuera del cuerpo de Cristo que es la iglesia y por tanto ningún creyente ha dejado de ser bautizado con el Espíritu Santo. En tercer lugar, en un cuerpo, no todos los miembros tienen la misma función. En el cuerpo humano, algunos miembros son brazos, manos, piernas, pies ojos, nariz, oídos, hígado, riñones, estomago. Cada miembro tiene su función particular dentro del cuerpo y no hay competencia entre los miembros. Ni descontento porque un miembro es pie y no ojo. Lo mismo es en la iglesia de Cristo, cada miembro tiene una función específica dentro del cuerpo y no debe haber competencia entre miembros del cuerpo ni tampoco descontento entre miembros del cuerpo a causa de las diferente funciones de cada uno de los miembros. En cuarto lugar, la función principal de todo cuerpo es manifestar a la persona al mundo que le rodea. El cuerpo es el vehículo por el cual se expresa una persona. Sólo por un instante imagínese que se separa de su cuerpo. Si ese fuera el caso, no podría comunicarse con ninguna persona en este mundo, no podría percibir lo que sucede a su alrededor. Le faltaría el vehículo para poder expresarse como persona. Lo mismo sucede en la iglesia de Cristo como el cuero de Cristo. La iglesia de Cristo es el vehículo por el cual Cristo se expresa en este mundo. ¿Se ha puesto a pensar en esta realidad, amable oyente? Repito lo dicho. La iglesia es el vehículo por el cual Cristo se expresa en este mundo. En otras palabras, el mundo no puede ver más de Cristo en el mundo que lo que ve de Cristo en la iglesia. Esto por un lado es un privilegio enorme para los creyentes, quienes somos miembros del cuerpo de Cristo. Pensar que Cristo en su gracia y sabiduría ha decidido manifestarse al mundo a través de nosotros los creyentes. No hay privilegio tan grande como ese. Pero todo privilegio tiene aparejado su responsabilidad. Así como no hay privilegio más grande para los creyentes que se el vehículo por el cual se manifiesta Cristo en el mundo, también no hay responsabilidad más grande para los creyentes que ser el vehículo por el cual Cristo se manifieste en el mundo. La gran pregunta para usted y para mí, amable oyente, es esta: Siendo que como creyentes somos miembros de la iglesia de Cristo, ¿Qué es lo que el mundo está viendo de Cristo en cada uno de nosotros? Puesto más directamente: Cuando el mundo me ve a mí, ¿Qué es lo que mira? ¿Será que mira a un Cristo con «c» minúscula? Es decir un Cristo distorsionado por el pecado. Un Cristo tan torcido que está mezclado con chisme, con odio, con envidia, con orgullo, con vicios, con vocabulario soez. O está mirando al Cristo con «c» mayúscula, un Cristo verdadero, un Cristo que se manifiesta a través de mí con amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fe, mansedumbre y templanza. ¿Sabía que su vida es un libro abierto al mundo en el cual vivimos? ¿Qué es lo que el mundo lee cuando mira las páginas de su vida? Quiera Dios que el mundo lea a Cristo, amable oyente. Que nuestras vidas despidan el olor fragante de la nueva vida que tenemos en Cristo, pero qué trágico que sería si nuestras vidas como creyentes despidan el olor a muerte del pecado que estamos cometiendo. Bien se ha dicho que nuestro testimonio como creyentes impulsa o frena el avance del cristianismo en el mundo. En cierta ocasión preguntaron al gran estadista hindú Mahatma Gandhi: En su opinión, ¿por qué no ha crecido el cristianismo en la India? Ghandi se quedó pensativo un instante y luego dio una respuesta impactante. Por los cristianos… fue su respuesta. Lo que sucede es que años antes Gandhi se había sentido atraído por el cristianismo, pero vio tantos malos ejemplos de cristianos que dijo: No, para ser como uno de ellos, mejor me quedo como estoy. Así es amable oyente, los creyentes somos el cuerpo de Cristo y como tal manifestamos a Cristo al mundo incrédulo en el cual vivimos. ¿Qué tipo de Cristo estamos manifestando?
- PABLO LOGACHO
- Agradecemos su sintonía en el día de hoy, y le recordamos que LA BIBLIA DICE… se sostiene gracias a las oraciones y donativos de los hermanos que comprometidos con la gran comisión han decidido apoyarnos, si Usted desea tener parte en esto, contáctese con nosotros para indicarle la manera de hacerlo y… antes de despedir el programa de hoy quiero invitarle a visitar nuestra página Web y conocer la respuesta a la PREGUNTA DEL DIA. ¿Es correcto que los creyentes vistan de luto cuando muere otro creyente? Nuestra dirección es: labibliadice.org Bendiciones y le esperamos en nuestra próxima edición.
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