El valle de la visión

Oraciones Puritanas

CONFESIÓN Y PETICIÓN
¡Santo Señor!
He pecado, innumerables veces, y he sido culpable de orgullo e incredulidad,
de fallar en encontrar Tu mente en Tu Palabra, de negligencia de buscarte a
Ti en mi vida diaria. Mis transgresiones e inconsistencias me presentan con
una lista de acusaciones, más Te exalto porque estas no van a ir contra mí,
porque todo se ha colocado sobre Cristo. Continúa sometiendo mis
corrupciones, y concédeme la gracia de vivir por encima de ellas. No
permitas que las pasiones de la carne, ni de las concupiscencias de la mente
traigan mi espíritu en sujeción, sino gobiérname en libertad y poder.
Te agradezco que muchas de mis oraciones fueran negadas. Yo pedí mal o
no he pedido, he orado a partir de mis concupiscencias y he sido rechazado,
he anhelado Egipto y me fue dado un desierto. Continúa con Tu obra
paciente, respondiendo “no” a mis oraciones erradas y llevándome a aceptar
esto. Purifícame de todo deseo falso, de toda aspiración vil, de todo lo que
es contrario a Tus estatutos. Te doy gracias por Tu sabiduría y tu amor, a
todos los actos de disciplina a la que estoy sujeto, a veces me pusiste en el
horno para refinar el oro y quitar mí escoria.
Ningún juicio es tan difícil de soportar como el sentido del pecado. Si Tú me
permitieses elegir entre vivir en el placer y mantener mis pecados, o que me
queme en el juicio, dame aflicción santificada.
Líbrame de todo hábito malo, de cada crecimiento de pecados anteriores,
de todo lo que ofusca el brillo de Tu gracia en mí, de todo lo que me
impide deleitarme en Ti. Entonces Te glorificaré, Dios mío por ayudarme
a ser recto.
