Permaneced en mí | Charles Spurgeon

9 de marzo
«Permaneced en mí».
Juan 15:4

La comunión con Cristo es un remedio seguro para los males. Ya se trate del ajenjo del dolor o del empalago de los placeres terrenales, la íntima comunión con el Señor Jesús quitará la amargura del uno y el hartazgo del otro. Vive cerca de Jesús, cristiano, y el que habites en la montaña del honor o en el valle de la humillación será un asunto de importancia secundaria. Si vives cerca de Jesús, estarás cubierto por las alas de Dios y debajo de ti tendrás los brazos eternos. Que nada te aleje de aquel sagrado roce que es el privilegio de un alma desposada con el bien Amado.

No te contentes con una entrevista de vez en cuando, sino procura siempre contar con su compañía, porque solo en su presencia tendrás solaz o seguridad. Jesús no debiera ser para nosotros un amigo que nos visita alguna que otra vez, sino uno con quien andamos siempre. Tú, que te diriges al Cielo, tienes delante de ti un camino difícil. Mira, pues, que no vayas sin tu Guía. Has de pasar por un horno ardiendo; no entres en él a menos que, como Sadrac, Mesac y Abed-nego, cuentes con la compañía del Hijo de Dios. Tienes que tomar la Jericó de tus maldades; no ordenes batalla hasta que, como Josué, veas al Príncipe del ejército del Señor con la espada desenvainada en su mano. Debes encontrarte con el Esaú de tus muchas tentaciones; no vayas a su encuentro hasta que en el vado de Jaboc te hayas asido del ángel y hayas prevalecido.

En cualquier caso y condición, necesitarás de Jesús; pero de una manera especial precisarás de él cuando las puertas de hierro de la muerte se abran para ti. Mantente cerca del Esposo de tu alma, reclina la cabeza sobre su pecho, pídele que te refresque con el sabroso vino de su granada, y así serás hallado por él, finalmente, sin mancha, ni arruga ni cosa semejante. Ya que has vivido con él y en él aquí en la tierra, estarás con él para siempre en el más allá.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar (S. D. Daglio, Trad.; 4a edición, p. 77). Editorial Peregrino.


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