
Jueves 25 Agosto
Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.
¿Tiene usted paz? (2)
“La lectura de los evangelios me conmovió. Desde las primeras palabras de Jesús, fui cautivado por su mensaje de amor y paz. Algunos meses más tarde, un amigo con quien a menudo discutía sobre este tema me dio una invitación a una conferencia cuyo tema era: “Jesús, los judíos y el Mesías”. No asistí, pero al final del folleto que lo anunciaba, un versículo de la Biblia me intrigó: “Honrad al Hijo, para que no se enoje… Bienaventurados todos los que en él confían”. Entonces pregunté a mi amigo qué pensaba de esta frase de la Biblia, y en particular de la palabra “Hijo”. Me respondió que él no sabía gran cosa. Y en seguida agregó que su cura siempre le había dicho que Jesús era el Hijo de Dios. Yo le respondí que para nosotros los judíos Dios era único y que él no podía tener hijos.
Pero la pregunta me intrigaba. No dejaba de pensar en este versículo desconcertante. Cuando regresé a mi casa, abrí la Biblia francesa en la traducción del rabino Zadoc Kahn (que solo contiene el Antiguo Testamento), y volví a leer el Salmo 2. Me sorprendió hallar el versículo en una traducción con pocas diferencias (“Honrad al Hijo, para que no se indigne, y perezcáis en el camino; porque muy rápido se enciende su ira: Bienaventurados todos los que se refugian en él”). Al final de la invitación a la conferencia se ofrecía un Nuevo Testamento gratis. Bastaba escribir a la dirección indicada. Fue lo que hice para tener uno propio”.
(mañana continuará)
Jeremías 28 – 1 Corintios 3 – Salmo 99:6-9 – Proverbios 22:3-4
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
ediciones-biblicas.ch – labuena@semilla.ch