El Señor es lento para la ira | Charles Spurgeon

22 de febrero
«El SEÑOR es lento para la ira y grande en poder».
Nahum 1:3 (LBLA)

«El Señor es lento para la ira».

Cuando la misericordia viene al mundo la traen alados corceles, y los ejes de las ruedas de su carro están al rojo vivo por la velocidad. Pero cuando viene la ira, esta avanza con pasos cortos, porque Dios no se deleita en la muerte del pecador. La vara de la misericordia siempre está extendida en su mano; en cambio su espada de justicia se encuentra en su vaina, sujeta por aquella amorosa mano traspasada que sangró por los pecados de los hombres. «El Señor es lento para la ira», porque es grande en poder. Es en verdad grande en poder quien tiene dominio sobre sí mismo. Cuando el poder de Dios se contiene, entonces es realmente poder.

El poder que traba de la omnipotencia es omnipotencia superada. Un hombre de gran corazón puede soportar el insulto por mucho tiempo, y solo se ofende por el agravio cuando un sentido de la justicia demanda su acción. El débil de alma se irrita enseguida; el fuerte soporta como una roca, que no se mueve aunque un millar de olas se estrellen contra ella y arrojen la espuma de su despreciable malicia sobre su cima. Dios observa a sus enemigos y, sin embargo, no se excita, sino que contiene su ira. Si fuera menos divino de lo que es, hubiera, hace tiempo, enviado la totalidad de sus truenos y vaciado los depósitos del Cielo; habría secado la tierra con extraños fuegos de sus más bajas regiones y destruido completamente al hombre, pero la grandeza de su poder nos trajo, en cambio, misericordia. Querido lector, ¿en qué estado te hallas esta tarde? ¿Puedes con fe humilde mirar a Jesús y decir: «Sustituto mío, tú eres mi roca y mi esperanza»? Entonces, querido amigo, no temas al poder de Dios, porque ahora que has sido perdonado y aceptado, ahora que por la fe te has refugiado en Cristo, el poder de Dios no debe espantarte más que el escudo y la espada del soldado espantan a aquellos a quienes él ama.

Regocíjate más bien en que Aquel que es «grande en poder» es tu Padre y tu Amigo.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar (S. D. Daglio, Trad.; 4a edición, p. 61). Editorial Peregrino.


Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s