Cinco características de esta gran rebelión contra Dios

6 MAYO

Números 14 | Salmo 50 | Isaías 3–4 | Hebreos 11

Cinco características de esta gran rebelión contra Dios

Reflexionaremos otro día más en la Rebelión – es este caso se trata de la rebelión por parte del pueblo en Cades Barnea, cuando perdieron la oportunidad de entrar en la Tierra Prometida a causa de su pecado (Números 14).

(1) De la misma forma que en el capítulo anterior los diez espías que hicieron un informe negativo eran culpables de desalentar al pueblo, así también el pueblo era responsable a la hora de escoger a quien haría caso. Deciden dejarse llevar por la mayoría. Si se hubiesen mantenido fieles al pacto con el cual se habían comprometido, si hubiesen recordado todo lo que Dios ya había realizado a su favor, habrían escuchado a Caleb y a Josué. Aquellos que se dejen llevar por las mayorías en lugar de mantenerse fieles a la Palabra de Dios siempre se equivocan y están cortejando el desastre.

(2) Dudar de la fidelidad del Dios de la alianza, dudar de que fuese capaz o quisiese salvar a su propio pueblo, dudar de hacer lo que dijo que haría, es tratar a Dios con desprecio (14:11, 23). Prácticamente toda actitud de queja brota de este mismo espíritu de desprecio hacia Dios. Esto es un mal terrible.

(3) La gente a menudo esconde su falta de fe, su flagrante incredulidad, detrás de una máscara piadosa. Aquí expresan su preocupación ante la posibilidad que sus esposas e hijos sean llevados como botín (14:3). En lugar de admitir que están muertos de miedo y acudir a Dios, culpan a Dios, implícitamente, por estar menos preocupado por sus esposas e hijos que ellos mismos lo están.

(4) El castigo que se aplica corresponde perfectamente con la ofensa cometida: aquella generación de adultos, con un par de excepciones, muere en el desierto antes de que sus hijos (los mismos hijos por los cuales habían profesado tanta preocupación) hereden la tierra casi cuarenta años más tarde (14:20–35).

(5) Hay una clase de arrepentimiento que reconoce y lamenta los fracasos sucedidos, pero que no llega a someterse a la voluntad de Dios. Los israelitas lamentan su pecado – y luego deciden ocupar la tierra prometida, aunque Dios ahora les está diciendo que no lo intenten, puesto que ya no estará con ellos como su baluarte y su fuerza. Moisés discierne que se trata ni más ni menos que de otro acto más de desobediencia (14:41). Inevitablemente son derrotados (14:44–45).

Las mismas cinco características de esta gran rebelión siguen encontrándose hoy día: un apego popular a las opiniones religiosas mayoritarias, con poco deseo de conocer y obedecer la voluntad de Dios, una indiferencia despreciadora hacia Dios que brota de una incredulidad pura y dura, excusas piadosas que enmascaran el miedo y la incredulidad, juicios temporales que anulan cualquier posibilidad de una obra cristiana valiente, y un arrepentimiento deficiente y superficial con el cual se sale de un culto resuelto a rectificar, pero sin ninguna intención de escuchar la Palabra de Dios ni de obedecerle. Que Dios nos ayude a todos.

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 126). Barcelona: Publicaciones Andamio.


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