11 de mayo

«Solamente esfuérzate y sé muy valiente».
Josué 1:7
El tierno amor de Dios por sus siervos hace que él se interese por el estado de los sentimientos íntimos de ellos. Él desea que sean muy valientes. Algunos estiman como cosa de poca monta el que un creyente esté turbado con dudas y temores, pero Dios no piensa así. En este versículo se ve claramente que nuestro Señor no nos quiere enredados en temores, sino que vivamos sin cuidados, sin dudas, sin cobardía. Nuestro Señor no juzga nuestra incredulidad tan livianamente como lo hacemos nosotros. Cuando vivimos desalentados estamos sujetos a una enfermedad con la que no debemos jugar, sino que debemos llevarla a nuestro Médico amado. Nuestro Señor no quiere vernos con rostros tristes. Era ley del rey Asuero que ninguno podía entrar en su corte «vestido de cilicio». El Rey de reyes no tiene esta ley —pues nosotros podemos ir a él tan tristes como estemos—, no obstante, a él le agradaría que nos despojásemos del espíritu de tristeza y nos vistiéramos las vestiduras de la alabanza; pues hay muchos motivos para estar alegres. El cristiano debe tener un espíritu animoso con el fin de glorificar al Señor, soportando las pruebas de forma heroica. Si es medroso y pusilánime, deshonrará a su Dios. Además, ¡qué mal ejemplo da con ello! Esta enfermedad de la duda y del desaliento es una epidemia que pronto se propaga entre la grey del Señor. Un creyente abatido contagia de tristeza a veinte almas. Por otra parte, si tu valor no se mantiene firme, Satanás resultará demasiado fuerte para ti. Deja, pues, que tu espíritu se goce en Dios tu Salvador y, así, el gozo del Señor será tu fortaleza y ningún demonio del Infierno te arremeterá. Sin embargo, la cobardía derribará la bandera. Además, el trabajo resulta liviano para el hombre de espíritu alegre, y el éxito aguarda a un ánimo así. El hombre que trabaja, regocijándose en su Dios y creyendo de todo corazón, tiene el éxito garantizado. El que siembra con esperanza recogerá con gozo. Por tanto, querido lector, «esfuérzate y sé muy valiente».
Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 140). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.