DESEOS EQUILIBRADOS POR NECESIDADES

DESEOS EQUILIBRADOS POR NECESIDADES

la-verdad-para-hoy

12/31/2016

Pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe. (Filipenses 1:24-25)

alimentemos_el_almaUna característica de un hombre espiritual es que sus propios deseos están equilibrados por las necesidades de los demás. Ese es el tipo de hombre que podía escribir: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Fil. 2:3-4).

 La iglesia de Filipos necesitaba a Pablo, como también muchas otras iglesias. Pablo sabía que ellos lo necesitaban tanto que su necesidad probablemente determinara su futuro, lo que expresó en el versículo de hoy. Aunque Pablo deseaba estar con Cristo en el cielo, también quería quedarse en la tierra para ayudar a fortalecer la iglesia. Él sabía que, si se quedaba la iglesia glorificaría mejor a Cristo, y glorificar a Cristo era lo único que deseaba.

Al tener un nuevo año por delante, ¿a qué está Cristo pidiéndole que entregue su vida? Espero que sea un deseo de satisfacer las necesidades de los demás con un corazón humilde.

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Humilde sumisión

31 Diciembre 2016

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Humilde sumisión
por Charles R. Swindoll

Job 1:20

alimentemos_el_almaJob quizás estuvo echado sobre el suelo mirando las estrellas, hasta que el rocío lo empapó. Finalmente, habló, y cuando lo hizo ¡qué reacción tan admirable tuvo! El versículo 20 tiene nueve palabras en el texto original hebreo, y ellas describen lo que hizo Job antes de expresar lo que dijo. Cinco de las palabras son verbos. Cuando usted lea la Biblia, ponga siempre mucha atención a los verbos, porque ellos le conducirán a la acción de una narración, ayudándole a ser parte indirecta del acontecimiento.

En primer lugar, Job se incorporó del suelo. Se “levantó”. El verbo que sigue nos dice algo extraño. “Rasgó su manto”. La palabra traducida como “manto” es un término que describe a una vestidura que se ajusta holgadamente al cuerpo, como una bata externa que se extiende hasta debajo de las rodillas. No se trata de una túnica interior sino del manto exterior que lo mantiene abrigado durante la noche. Job se llevó la mano al cuello y al no encontrar la juntura, agarró una parte gastada del tejido y lo desgarró. Con este desgarramiento del manto, Job está anunciando su terrible aflicción. Fue la acción de un hombre angustiado, una acción que aparece varias veces en el Antiguo Testamento para describir la aflicción absoluta.

Luego leemos el tercer verbo: “Se rapó la cabeza”. El cabello es siempre visto en la Biblia como la gloria de una persona, una expresión de su valor. Por consiguiente, raparse la cabeza es simbólico de la pérdida de la gloria personal; y para llevar su angustia a su punto más profundo, su cuarta acción es postrarse en tierra. Pero tengamos claro que esto no fue un colapso por la aflicción, sino que el propósito es completamente otro. Es esto lo que describe el heroísmo de la resistencia de Job. Él no se compadece de sí mismo ni se lamenta, sino que adora. El verbo en el original hebreo significa “caer postrado en la más absoluta sumisión y adoración”. ¡Yo me atrevería a decir que la mayoría de nosotros nunca hemos adorado a Dios de esta manera! Quiero decir, con el rostro en tierra y con el cuerpo totalmente extendido. Esto era considerado en la antigüedad como la expresión más sincera de obediencia y sumisión al Dios-Creador.

Antes de seguir adelante, me gustaría recomendarle que haga esto ocasionalmente. Teniendo las palmas de las manos hacia abajo, con las rodillas y los dedos tocando el suelo y con el cuerpo totalmente extendido derrame su corazón en adoración. Es la posición que Job tomó deliberadamente. Una humilde y total sumisión…

Moverse en la clara voluntad de Dios eneseña humildad y produce confianza.—Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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DETRÁS DEL TELÓN

DETRÁS DEL TELÓN

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Pablo Martini
Programa No. 2016-12-31

alimentemos_el_almaEl mundo de la pantalla grande siempre es uno de los escenarios más admirados. Ricos y famosos, bellas y bellos, habilidosos y no tantos, todos desfilan sus virtudes en largometrajes cinematográficos. Cada vez que ves el extreno de una nueva película, sus protagonistas dan un salto más en la pasarela de la fama. Sus nombres pasan a primera plana y son comentados por varias  semanas, aumentando sus posibilidades de conquistar el tan preciado premio “Oscar”. Pero la película se acabó, las luces del cine comienzan a apagarse y muy lentamente una extensa lista de pequeños nombres cubre la pantalla. Si no eres rápido para leer, apenas desapareció el primero de la lista que ya llega el segundo, y el tercero, y el cuarto… Son cientos y cientos de nombres en letras de color blanco sobre un fondo negro. Pero a nadie le interesa eso. Ya todos se fueron, la sala quedó vacía, y quizás sigan pasando nombres y más nombres que quedarán en el anonimato. Nadie hablará de ellos, nunca tendrán un Oscar, nadie los recuerda. ¿Por qué?… Simplemente porque no fueron los protagonistas. Sin embargo permíteme explicarte que la mayoría de ellos juega un papel trascendental detrás del telón. Sin camarógrafos, maquilladoras, peinadores, músicos, los del casting, los inversionistas o los guionistas, no hay película, ¡así de simple!

Tal vez al mirar este año que se acaba te sientas como uno de esos. Cuando aparecía tu nombre todos se fueron; ni  un solo premio, (ni siquiera consuelo) y los aplausos se los llevaron los otros. Déjame decirte que para Dios no fuiste ignorado ni fue un año en vano. Cada plato que lavaste en tu cocina fue tu aporte en el escenario de una familia al estilo de Dios. Cada centavo que trajiste a tu hogar fue otro logro de “padre proveedor”. Cada abrazo que diste al finalizar el culto calentó algún corazón enfriado, y cada palabra dada al oído dio fuerzas al cansado. Aunque nadie lo notó, aunque nadie lo comentó, aunque  nadie te premió, Dios sí, y está súper emocionado por vivir ¡OTRO AÑO MÁS A TU LADO!!!

PENSAMIENTO DEL DÍA:

“Te aseguro que hasta un vaso de agua que has dado en mi nombre tendrá recompensa en mi Reino”. (Jesús)

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Alabanzas en el cielo

Apocalipsis 19-22

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Alabanzas en el cielo

alimentemos_el_alma19 Después de esto oí como una gran voz de una gran multitud en el cielo, que decía:

¡Aleluya!
La salvación y la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios,
porque sus juicios son verdaderos y justos,
pues ha juzgado a la gran ramera
que corrompía la tierra con su inmoralidad,
y ha vengado la sangre de sus siervos en ella[a].

Y dijeron por segunda vez:

¡Aleluya!
El humo de ella sube por los siglos de los siglos.

Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que está sentado en el trono, y decían:

¡Amén! ¡Aleluya!

Y del trono salió una voz que decía:

Alabad a nuestro Dios todos sus siervos,
los que le teméis, los pequeños y los grandes.

Anuncio de las bodas del Cordero

Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía:

¡Aleluya!
Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina.
Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a El la gloria,
porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado.
Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio,
porque las acciones justas de los santos son[b] el lino fino.

Y el ángel me dijo*: Escribe: “Bienaventurados los que están invitados[c] a la cena de las bodas del Cordero.” Y me dijo*: Estas son palabras verdaderas de Dios.10 Entonces caí a sus pies para adorarle. Y me dijo*: No hagas eso[d]; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús; adora a Dios. Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.

El jinete del caballo blanco

11 Y vi el cielo abierto, y he aquí, un caballo blanco; el que lo montaba se llama Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y hace la guerra. 12 Sus ojos son una llama de fuego, y sobre su cabeza hay muchas diademas[e], y tiene un nombre escrito que nadie conoce sino El. 13 Y está vestido de un manto empapado en sangre, y su nombre es: El Verbo[f] de Dios. 14 Y los ejércitos que están en los cielos, vestidos de lino fino, blanco y limpio, le seguían sobre caballos blancos. 15 De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones, y las regirá[g] con vara de hierro; y El pisa el lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso. 16 Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

17 Y vi a un ángel que estaba de pie en el sol. Y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, congregaos para la gran cena de Dios, 18 para que comáis carne de reyes, carne de comandantes[h] y carne de poderosos, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de todos los hombres, libres y esclavos, pequeños y grandes.

19 Entonces vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer guerra contra el que iba montado en el caballo y contra su ejército. 20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que hacía señales en su presencia[i], con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y a los que adoraban su imagen; los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre. 21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca delque montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de sus carnes.

Satanás atado durante el milenio

20 Y vi a un ángel que descendía del cielo, con[j] la llave del abismo y una gran cadena en su mano. Prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo cerró y lo selló sobre él, para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años; después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

También vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y se les concedió autoridad para juzgar. Y vi las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca sobre su frente ni sobre su mano; y volvieron a la vida[k] y reinaron con Cristo por mil años. Los demás muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años. Esta es la primera resurrección.Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años.

La derrota de Satanás

Cuando los mil años se cumplan, Satanás será soltado de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro extremos[l] de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlas para la batalla; el número de ellas es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró. 10 Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

El juicio ante el trono blanco

11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de cuya presencia[m]huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros[n] fueron abiertos; y otro libro[o] fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros[p], según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Hades[q] entregaron a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados, cada uno según sus obras. 14 Y la Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda: el lago de fuego. 15 Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.

Un cielo nuevo y una tierra nueva

21 Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo.Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo[r], y Dios mismo estará entre ellos[s]. El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y añadió*: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. También me dijo: Hecho está[t]. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El vencedor[u] heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo.Pero los cobardes, incrédulos[v], abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia[w] en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

La nueva Jerusalén

Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas[x] llenas de las últimas siete plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero. 10 Y me llevó en el Espíritu[y] a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11 y tenía la gloria de Dios. Su fulgor[z] era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedrade jaspe cristalino. 12 Tenía[aa] un muro grande y alto con[ab] doce puertas, y en las puertas doce ángeles; y en ellas había nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel. 13 Había tres puertas al este, tres puertas al norte, tres puertas al sur y tres puertas al oeste. 14 El muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos estaban los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. 15 Y el que hablaba conmigo tenía una vara de medir de oro[ac], para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16 Y la ciudad está asentada en forma de cuadro, y su longitud es igual que su anchura. Y midió la ciudad con la vara[ad], doce mil estadios[ae]; y su longitud, anchura y altura son iguales. 17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos[af], según medida humana, que es también de ángel. 18 El material del muro era jaspe, y la ciudad era de oro puro semejante al cristal puro. 19 Los cimientosdel muro de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas: el primer cimiento, jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;20 el quinto, sardónice; el sexto, sardio[ag]; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; y el duodécimo, amatista. 21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una sola perla; y la calle de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente.22 Y no vi en ella templo[ah] alguno, porque su templo[ai] es el Señor, el DiosTodopoderoso, y el Cordero. 23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24 Y las naciones andarán a su luz, y los reyes de la tierra traerán[aj] a ella su gloria.25 Sus puertas nunca se cerrarán de día (pues allí no habrá noche); 26 y traerán a ella la gloria y el honor de las naciones; 27 y jamás entrará en ella nada inmundo, ni el que practica abominación y mentira, sino sólo aquellos cuyos nombres están[ak]escritos en el libro de la vida del Cordero.

El río de la vida y el árbol de la vida

22 Y me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, en medio de la calle de la ciudad[al]. Y a cada lado[am] del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de[an] fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones.Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí[ao], y sus siervos le servirán. Ellos verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Y ya no habrá más noche, y no tendrán[ap] necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos.

La venida de Cristo

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas; y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, envió a su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que pronto han de suceder. He aquí, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.

Yo, Juan, soy el que oyó y vio estas cosas. Y cuando oí y vi, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostró estas cosas. Y me dijo*: No hagas eso[aq]; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.

10 También me dijo*: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 Que el injusto siga haciendo injusticias, que el impuro[ar] siga siendo impuro[as], que el justo siga practicando la justicia, y que el que es santo siga guardándose santo. 12 He aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa está conmigo para recompensar[at] a cada uno según sea su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. 14 Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad. 15 Afuera están los perros, los hechiceros, los inmorales[au], los asesinos, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira.

Testimonio final

16 Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a fin de daros testimonio de estas cosas para[av] las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, el lucero resplandeciente de la mañana.

Invitación final

17 Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que desea, que tome gratuitamente del agua de la vida.

Advertencia final

18 Yo testifico a todos los que oyen las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añade a ellas, Dios traerá[aw] sobre él las plagas que están escritas en este libro; 19 y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa descritos[ax] en este libro.

Oración final

20 El que testifica de estas cosas dice: Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús.

21 La gracia del Señor Jesús sea con todos[ay]. Amén.

Notas al pie:

  1. Apocalipsis 19:2 Lit., de la mano de ella
  2. Apocalipsis 19:8 Lit., es
  3. Apocalipsis 19:9 O, llamados
  4. Apocalipsis 19:10 Lit., No, cuidado
  5. Apocalipsis 19:12 O, coronas
  6. Apocalipsis 19:13 O, La Palabra
  7. Apocalipsis 19:15 O, pastoreará
  8. Apocalipsis 19:18 Gr., quiliarcas; i.e., oficiales militares romanos al mando de mil soldados
  9. Apocalipsis 19:20 O, por su autoridad
  10. Apocalipsis 20:1 Lit., teniendo
  11. Apocalipsis 20:4 O, vivieron
  12. Apocalipsis 20:8 I.e., puntos cardinales
  13. Apocalipsis 20:11 Lit., cuyo rostro
  14. Apocalipsis 20:12 O, rollos
  15. Apocalipsis 20:12 O, rollo
  16. Apocalipsis 20:12 O, rollos
  17. Apocalipsis 20:13 I.e., la región de los muertos
  18. Apocalipsis 21:3 Algunos mss. antiguos dicen: sus pueblos
  19. Apocalipsis 21:3 Algunos mss. antiguos agregan: y será su Dios
  20. Apocalipsis 21:6 Lit., Están hechas
  21. Apocalipsis 21:7 O, El que venza
  22. Apocalipsis 21:8 O, indignos de confianza
  23. Apocalipsis 21:8 Lit., parte
  24. Apocalipsis 21:9 O, los siete tazones
  25. Apocalipsis 21:10 O, en espíritu
  26. Apocalipsis 21:11 Lit., luminaria
  27. Apocalipsis 21:12 Lit., Teniendo
  28. Apocalipsis 21:12 Lit., Teniendo
  29. Apocalipsis 21:15 Lit., una medida, una caña de oro
  30. Apocalipsis 21:16 Lit., caña
  31. Apocalipsis 21:16 Un estadio equivale aprox. a 180 metros
  32. Apocalipsis 21:17 Un codo equivale aprox. a 45 cm.
  33. Apocalipsis 21:20 O, cornalina
  34. Apocalipsis 21:22 O, santuario
  35. Apocalipsis 21:22 O, santuario
  36. Apocalipsis 21:24 Lit., traen
  37. Apocalipsis 21:27 Lit., los que están
  38. Apocalipsis 22:2 Lit., de su calle
  39. Apocalipsis 22:2 O, del Cordero. En medio de su calle, y en ambos lados
  40. Apocalipsis 22:2 O, cosechas de
  41. Apocalipsis 22:3 Lit., en ella
  42. Apocalipsis 22:5 Lit., no tienen
  43. Apocalipsis 22:9 Lit., No, cuidado
  44. Apocalipsis 22:11 O, sucio
  45. Apocalipsis 22:11 O, sucio
  46. Apocalipsis 22:12 O, dar
  47. Apocalipsis 22:15 O, fornicarios
  48. Apocalipsis 22:16 O, concerniente a
  49. Apocalipsis 22:18 Lit., añadirá
  50. Apocalipsis 22:19 Lit., que están escritos
  51. Apocalipsis 22:21 Algunos mss. antiguos dicen: los santos
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Alabanzas en el cielo

Apocalipsis 19-22

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Alabanzas en el cielo

alimentemos_el_alma19 Después de esto oí como una gran voz de una gran multitud en el cielo, que decía:

¡Aleluya!
La salvación y la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios,
porque sus juicios son verdaderos y justos,
pues ha juzgado a la gran ramera
que corrompía la tierra con su inmoralidad,
y ha vengado la sangre de sus siervos en ella[a].

Y dijeron por segunda vez:

¡Aleluya!
El humo de ella sube por los siglos de los siglos.

Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que está sentado en el trono, y decían:

¡Amén! ¡Aleluya!

Y del trono salió una voz que decía:

Alabad a nuestro Dios todos sus siervos,
los que le teméis, los pequeños y los grandes.

Anuncio de las bodas del Cordero

Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía:

¡Aleluya!
Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina.
Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a El la gloria,
porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado.
Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio,
porque las acciones justas de los santos son[b] el lino fino.

Y el ángel me dijo*: Escribe: “Bienaventurados los que están invitados[c] a la cena de las bodas del Cordero.” Y me dijo*: Estas son palabras verdaderas de Dios.10 Entonces caí a sus pies para adorarle. Y me dijo*: No hagas eso[d]; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús; adora a Dios. Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.

El jinete del caballo blanco

11 Y vi el cielo abierto, y he aquí, un caballo blanco; el que lo montaba se llama Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y hace la guerra. 12 Sus ojos son una llama de fuego, y sobre su cabeza hay muchas diademas[e], y tiene un nombre escrito que nadie conoce sino El. 13 Y está vestido de un manto empapado en sangre, y su nombre es: El Verbo[f] de Dios. 14 Y los ejércitos que están en los cielos, vestidos de lino fino, blanco y limpio, le seguían sobre caballos blancos. 15 De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones, y las regirá[g] con vara de hierro; y El pisa el lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso. 16 Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

17 Y vi a un ángel que estaba de pie en el sol. Y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, congregaos para la gran cena de Dios, 18 para que comáis carne de reyes, carne de comandantes[h] y carne de poderosos, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de todos los hombres, libres y esclavos, pequeños y grandes.

19 Entonces vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer guerra contra el que iba montado en el caballo y contra su ejército. 20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que hacía señales en su presencia[i], con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y a los que adoraban su imagen; los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre. 21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca delque montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de sus carnes.

Satanás atado durante el milenio

20 Y vi a un ángel que descendía del cielo, con[j] la llave del abismo y una gran cadena en su mano. Prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo cerró y lo selló sobre él, para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años; después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

También vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y se les concedió autoridad para juzgar. Y vi las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca sobre su frente ni sobre su mano; y volvieron a la vida[k] y reinaron con Cristo por mil años. Los demás muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años. Esta es la primera resurrección.Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años.

La derrota de Satanás

Cuando los mil años se cumplan, Satanás será soltado de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro extremos[l] de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlas para la batalla; el número de ellas es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró. 10 Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

El juicio ante el trono blanco

11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de cuya presencia[m]huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros[n] fueron abiertos; y otro libro[o] fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros[p], según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Hades[q] entregaron a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados, cada uno según sus obras. 14 Y la Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda: el lago de fuego. 15 Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.

Un cielo nuevo y una tierra nueva

21 Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo.Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo[r], y Dios mismo estará entre ellos[s]. El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y añadió*: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. También me dijo: Hecho está[t]. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El vencedor[u] heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo.Pero los cobardes, incrédulos[v], abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia[w] en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

La nueva Jerusalén

Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas[x] llenas de las últimas siete plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero. 10 Y me llevó en el Espíritu[y] a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11 y tenía la gloria de Dios. Su fulgor[z] era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedrade jaspe cristalino. 12 Tenía[aa] un muro grande y alto con[ab] doce puertas, y en las puertas doce ángeles; y en ellas había nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel. 13 Había tres puertas al este, tres puertas al norte, tres puertas al sur y tres puertas al oeste. 14 El muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos estaban los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. 15 Y el que hablaba conmigo tenía una vara de medir de oro[ac], para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16 Y la ciudad está asentada en forma de cuadro, y su longitud es igual que su anchura. Y midió la ciudad con la vara[ad], doce mil estadios[ae]; y su longitud, anchura y altura son iguales. 17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos[af], según medida humana, que es también de ángel. 18 El material del muro era jaspe, y la ciudad era de oro puro semejante al cristal puro. 19 Los cimientosdel muro de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas: el primer cimiento, jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;20 el quinto, sardónice; el sexto, sardio[ag]; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; y el duodécimo, amatista. 21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una sola perla; y la calle de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente.22 Y no vi en ella templo[ah] alguno, porque su templo[ai] es el Señor, el DiosTodopoderoso, y el Cordero. 23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24 Y las naciones andarán a su luz, y los reyes de la tierra traerán[aj] a ella su gloria.25 Sus puertas nunca se cerrarán de día (pues allí no habrá noche); 26 y traerán a ella la gloria y el honor de las naciones; 27 y jamás entrará en ella nada inmundo, ni el que practica abominación y mentira, sino sólo aquellos cuyos nombres están[ak]escritos en el libro de la vida del Cordero.

El río de la vida y el árbol de la vida

22 Y me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, en medio de la calle de la ciudad[al]. Y a cada lado[am] del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de[an] fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones.Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí[ao], y sus siervos le servirán. Ellos verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Y ya no habrá más noche, y no tendrán[ap] necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos.

La venida de Cristo

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas; y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, envió a su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que pronto han de suceder. He aquí, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.

Yo, Juan, soy el que oyó y vio estas cosas. Y cuando oí y vi, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostró estas cosas. Y me dijo*: No hagas eso[aq]; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.

10 También me dijo*: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 Que el injusto siga haciendo injusticias, que el impuro[ar] siga siendo impuro[as], que el justo siga practicando la justicia, y que el que es santo siga guardándose santo. 12 He aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa está conmigo para recompensar[at] a cada uno según sea su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. 14 Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad. 15 Afuera están los perros, los hechiceros, los inmorales[au], los asesinos, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira.

Testimonio final

16 Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a fin de daros testimonio de estas cosas para[av] las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, el lucero resplandeciente de la mañana.

Invitación final

17 Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que desea, que tome gratuitamente del agua de la vida.

Advertencia final

18 Yo testifico a todos los que oyen las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añade a ellas, Dios traerá[aw] sobre él las plagas que están escritas en este libro; 19 y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa descritos[ax] en este libro.

Oración final

20 El que testifica de estas cosas dice: Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús.

21 La gracia del Señor Jesús sea con todos[ay]. Amén.

Notas al pie:

  1. Apocalipsis 19:2 Lit., de la mano de ella
  2. Apocalipsis 19:8 Lit., es
  3. Apocalipsis 19:9 O, llamados
  4. Apocalipsis 19:10 Lit., No, cuidado
  5. Apocalipsis 19:12 O, coronas
  6. Apocalipsis 19:13 O, La Palabra
  7. Apocalipsis 19:15 O, pastoreará
  8. Apocalipsis 19:18 Gr., quiliarcas; i.e., oficiales militares romanos al mando de mil soldados
  9. Apocalipsis 19:20 O, por su autoridad
  10. Apocalipsis 20:1 Lit., teniendo
  11. Apocalipsis 20:4 O, vivieron
  12. Apocalipsis 20:8 I.e., puntos cardinales
  13. Apocalipsis 20:11 Lit., cuyo rostro
  14. Apocalipsis 20:12 O, rollos
  15. Apocalipsis 20:12 O, rollo
  16. Apocalipsis 20:12 O, rollos
  17. Apocalipsis 20:13 I.e., la región de los muertos
  18. Apocalipsis 21:3 Algunos mss. antiguos dicen: sus pueblos
  19. Apocalipsis 21:3 Algunos mss. antiguos agregan: y será su Dios
  20. Apocalipsis 21:6 Lit., Están hechas
  21. Apocalipsis 21:7 O, El que venza
  22. Apocalipsis 21:8 O, indignos de confianza
  23. Apocalipsis 21:8 Lit., parte
  24. Apocalipsis 21:9 O, los siete tazones
  25. Apocalipsis 21:10 O, en espíritu
  26. Apocalipsis 21:11 Lit., luminaria
  27. Apocalipsis 21:12 Lit., Teniendo
  28. Apocalipsis 21:12 Lit., Teniendo
  29. Apocalipsis 21:15 Lit., una medida, una caña de oro
  30. Apocalipsis 21:16 Lit., caña
  31. Apocalipsis 21:16 Un estadio equivale aprox. a 180 metros
  32. Apocalipsis 21:17 Un codo equivale aprox. a 45 cm.
  33. Apocalipsis 21:20 O, cornalina
  34. Apocalipsis 21:22 O, santuario
  35. Apocalipsis 21:22 O, santuario
  36. Apocalipsis 21:24 Lit., traen
  37. Apocalipsis 21:27 Lit., los que están
  38. Apocalipsis 22:2 Lit., de su calle
  39. Apocalipsis 22:2 O, del Cordero. En medio de su calle, y en ambos lados
  40. Apocalipsis 22:2 O, cosechas de
  41. Apocalipsis 22:3 Lit., en ella
  42. Apocalipsis 22:5 Lit., no tienen
  43. Apocalipsis 22:9 Lit., No, cuidado
  44. Apocalipsis 22:11 O, sucio
  45. Apocalipsis 22:11 O, sucio
  46. Apocalipsis 22:12 O, dar
  47. Apocalipsis 22:15 O, fornicarios
  48. Apocalipsis 22:16 O, concerniente a
  49. Apocalipsis 22:18 Lit., añadirá
  50. Apocalipsis 22:19 Lit., que están escritos
  51. Apocalipsis 22:21 Algunos mss. antiguos dicen: los santos
La Biblia de las Américas (LBLA)Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation

AUSENTES DEL CUERPO, PRESENTES AL SEÑOR

AUSENTES DEL CUERPO, PRESENTES AL SEÑOR

la-verdad-para-hoy

12/30/2016

Confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo,
y presentes al Señor. (2 Corintios 5:8)

alimentemos_el_almaCuando un creyente sale de este mundo, va de inmediato a la presencia de Cristo. No hay nada como que el “el alma duerme” ni un lugar intermedio de espera, ni la Biblia enseña que haya algún lugar llamado purgatorio. Observe que el apóstol Pablo deseaba “partir y estar con Cristo” (Fil. 1:23, cursivas añadidas).

El versículo de hoy indica que, cuando estamos ausentes del cuerpo, que duerme hasta la resurrección, nuestro espíritu está presente con el Señor. También Pablo les dijo a los tesalonicenses que Cristo “murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él” (1 Ts. 5:10). Lo que Pablo quiere decir es que estemos físicamente despiertos (vivos) o físicamente dormidos (muertos), como creyentes estamos con Cristo. Estamos en su presencia en un sentido espiritual ahora y en un sentido literal cuando nuestro cuerpo esté muerto.

Usted puede regocijarse en el hecho de que no hay momento alguno de su vida como creyente en el que será separado de la presencia consciente de Jesucristo.

Disponible en Internet en: http://www.gracia.org
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Consecuencias necesarias

30 Diciembre 2016

Consecuencias necesarias
por Charles R. Swindoll

Job 1:13-22

alimentemos_el_almaHay un plan que nosotros exploramos, el cual no entendemos, pero es el mejor. Aunque es posible que no todas sus partes puedan parecer justas o agradables, cada una de ellas obra para nuestro bien. La enfermedad que Job soportó no era nada buena ¡Por supuesto que no! Pero todo obró para bien. Es que nuestra perspectiva es terriblemente limitada. Vemos solamente una parte del tiempo, pero la visión de Dios es panorámica. La gran perspectiva de Dios, su plan cósmico, está en actividad ahora mismo, y Él no siente la necesidad (ni tampoco está obligado) a explicarnos nada. Si lo hiciera, nuestra respuesta sería la misma que la del confundido adolescente, después de escuchar a su profesor de cálculo avanzado “¿Qué?” Usted no lo entendería, ni yo tampoco. Solo recuerde que el Padre celestial sabe lo que es mejor para sus hijos. Descanse en ese conocimiento.

Experimentamos consecuencias que no podemos prever, pero son necesarias. No sé cuáles son sus circunstancias hoy, pero estaría dispuesto a apostar que la mayoría de quienes leen este libro están viviendo alguna situación que no es justa. Es muy posible que usted simplemente no merezca lo que le está sucediendo, y es posible que las consecuencias estén comenzando a desesperarle. Usted no esperaba nada de esto. No pensaba que le sucedería esto, pero sucedió. Créame lo que le digo. Lo que le ha sucedido es una parte necesaria de su desarrollo espiritual. Sí, necesaria. Finalmente, he comenzado a aceptar esta realidad después de todos estos años de mi vida.

Quiero dirigirme a los que han comenzado a transitar el territorio de Job. Al menos, lo que a él le sucedió le ha preparado para que preste mucha atención al mensaje de Job. Usted apenas ha visto un destello de cómo comenzaron las cosas. La historia no termina cuando Satanás se marcha de la presencia del Señor. La historia de Job contiene mucho más, y cuanto más se desarrolla, más entenderá usted que la vida no sólo es dura, sino también injusta.

El silencio de la voz de Dios le hará preguntarse si Él está presente. Y la ausencia de su presencia le hará preguntarse si le importa. Pero Él sí está presente y sí le  importa.

Dios sabe lo que es mejor para sus hijos. Descanse en ese conocimiento. —Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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ENVENENADO Y ENVENENANDO

ENVENENADO Y ENVENENANDO

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Pablo Martini
Programa No. 2016-12-30

alimentemos_el_almaMuchas veces nos han lastimado, ya sea intencionalmente o por accidente, y eso hace que en el corazón crezcan raíces de rencor y hasta sed de venganza. La acción de perdonar se define como abstenerse de vengar una ofensa recibida, sin deseos de guardar resentimiento ni rencor, sino de renunciar al supuesto derecho de vengarse, sin importar lo que la otra persona haya hecho. Por el contrario, rencor es rehusarse a ceder ante el resentimiento, insistiendo en que el culpable pague por el daño que haya ocasionado. Perdonar puede ser difícil porque la creencia más común es que el culpable no debe escapar de ser castigado como lo merece. Sin embargo, al haber creído en Cristo como nuestro Salvador, renunciamos a lo que creemos que es nuestro derecho de vengarnos por nuestra propia cuenta. En realidad, nuestra responsabilidad es perdonar y dar lugar a que el Señor se ocupe de lo demás.

 Cuando Pedro preguntó al Señor que si su hermano pecara contra él, cuántas veces debería perdonarlo Jesús le contestó: “Setenta veces siete”. Mateo 18.21-22 (RVR1960), con lo que quiso decir que nuestra disposición a perdonar debe ser ilimitada. Además, tarde o temprano descubriremos que si nos resistimos a perdonar a quien nos ofendió, como resultado, experimentaremos muchas consecuencias lamentables, pues el rencor afecta nuestra vida de oración. No podemos tener una vida positiva de oración y a la vez albergar amargura y rencor en nuestro corazón. Afecta nuestra adoración, nuestro testimonio. ¿Cómo podremos hablarle a alguien del perdón inagotable de nuestro Padre celestial y seguir manteniendo una mala actitud hostil hacia quien nos haya herido? Afecta incluso a los que nos rodean.
Hoy te invito a renunciar a todo rencor, ira, sed de venganza y limpiar tu vida de todos esos sentimientos que sólo son desperdicios que deben ser desechados de nuestra vida. Dios escuchará nuestras palabras, verá los deseos de nuestro corazón, nos perdonará, limpiará y resolverá el asunto.
Tomado de CVC La Voz.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

El rencor es como beber veneno y pensar que el que morirá es el otro.

Disponible en Internet en: http://www.labibliadice.org

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La Biblia Dice
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Las siete copas de la ira de Dios

Apocalipsis 16-18

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Las siete copas de la ira de Dios

alimentemos_el_alma16 Y oí una gran voz que desde el templo[a] decía a los siete ángeles: Id y derramad en la tierra las siete copas[b] del furor de Dios.

El primer ángel fue y derramó su copa[c] en la tierra; y se produjo[d] una llagarepugnante y maligna en los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen.

El segundo ángel derramó su copa en el mar, y se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser viviente que había en[e] el mar.

El tercer ángel derramó su copa en los ríos y en las fuentes de las aguas, y se convirtieron en[f] sangre. Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, el que eres, y el que eras, oh Santo, porque has juzgado estas cosas; pues ellos derramaron sangre de santos y profetas y tú les has dado a beber sangre; lo merecen. Y oí al altar, que decía: Sí, oh Señor Dios Todopoderoso, verdaderos y justos son tus juicios.

El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol; y al sol le fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres fueron quemados con el intenso[g] calor; y blasfemaron el nombre de Dios que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.

10 El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se quedó en tinieblas, y se mordían la lengua de dolor. 11 Y blasfemaron contra el Dios del cielo por causa de sus dolores y de sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras.

12 El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y sus aguas se secaron para que fuera preparado el camino para los reyes del oriente[h]. 13 Y vi salir de la boca del dragón, de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta, a tres espíritus inmundos semejantes a ranas; 14 pues son espíritus de demoniosque hacen señales, los cuales van a los reyes de todo el mundo[i], a reunirlos para la batalla del gran día del Dios Todopoderoso. 15 (He aquí, vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza.) 16 Y los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Armagedón[j].

17 Y el séptimo ángel derramó su copa en el aire; y una gran voz salió del templo[k], del trono, que decía: Hecho está. 18 Entonces hubo relámpagos, voces[l] y truenos; y hubo un gran terremoto tal como no lo había habido desde que el hombre está sobre la tierra; fue tan grande y poderoso terremoto. 19 La gran ciudad quedó dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones[m] cayeron. Y la gran Babilonia fue recordada delante de Dios para darle el cáliz del vino del furor de su ira. 20 Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. 21 Y enormes granizos, como de un talento[n] cada uno, cayeron*[o] sobre los hombres; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo, porque su plaga fue* sumamente grande.

La condenación de la gran ramera

17 Y uno de los siete ángeles que tenían las siete copas[p], vino y habló conmigo, diciendo: Ven; te mostraré el juicio de la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas; con ella los reyes de la tierra cometieron actos inmorales, y los moradores de la tierra fueron embriagados con el vino de su inmoralidad. Y me llevó en el Espíritu[q] a un desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata, llena de nombres blasfemos, y que tenía siete cabezas y diez cuernos.La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada con oro, piedras preciosas[r] y perlas, y tenía en la mano una copa de oro llena de abominaciones y de las inmundicias de su inmoralidad, y sobre su frente había un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Y vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los testigos de Jesús. Y al verla, me asombré grandemente[s]. Y el ángel me dijo: ¿Por qué te has asombrado? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, la que tiene las siete cabezas y los diez cuernos. La bestia que viste, era y no es, y está para subir del abismo e ir a la destrucción[t]. Y los moradores de la tierra, cuyos nombres no se han escrito en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver la bestia que era y no es, y que vendrá. Aquí está la mente que tiene sabiduría[u]. Las siete cabezas son siete montes sobre los que se sienta la mujer; 10 y son siete reyes; cinco han caído, uno es y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que permanezca un poco de tiempo. 11 Y la bestia que era y no es, es el octavo rey, y es uno de los siete y va a la destrucción[v]. 12 Y los diez cuernos que viste son diez reyes que todavía no han recibido reino, pero que por una hora reciben autoridad como reyes con la bestia. 13 Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y autoridad a la bestia. 14 Estos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque El es Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con El son llamados, escogidos y fieles. 15 Y me dijo*: Las aguas que vistedonde se sienta la ramera, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas. 16 Y los diez cuernos que viste y la bestia, éstos odiarán a la ramera y la dejarán[w]desolada y desnuda, y comerán sus carnes y la quemarán con fuego; 17 porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar su propósito: que tengan ellos[x] un propósito unánime, y den[y] su reino a la bestia hasta que las palabras de Dios se cumplan. 18 Y la mujer que viste es la gran ciudad, que reina[z] sobre los reyes de la tierra.

La caída de Babilonia

18 Después de esto vi a otro ángel descender del cielo, que tenía gran poder, y la tierra fue iluminada con su gloria. Y clamó con potente voz, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida[aa]de todo espíritu inmundo y en guarida[ab] de toda ave inmunda y aborrecible.Porque todas las naciones han bebido del[ac] vino de la pasión[ad] de su inmoralidad, y los reyes de la tierra han cometido actos inmorales con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con la riqueza[ae] de su sensualidad[af].

Y oí otra voz del cielo que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no participéis de sus pecados y para que no recibáis de sus plagas; porque sus pecados se han amontonado[ag] hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus iniquidades. Pagadle tal como ella ha pagado, y devolvedle[ah] doble según sus obras; en la copa que ella ha preparado, preparad[ai] el doble para ella. Cuanto ella se glorificó a sí misma y vivió sensualmente[aj], así[ak] dadle tormento y duelo[al], porque dice en su corazón: “Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda y nunca veré duelo[am].” Por eso, en un solo día, vendrán sus plagas: muerte, duelo[an] y hambre, y será quemada con fuego; porque el Señor Dios que la juzga es poderoso[ao]. Y los reyes de la tierra que cometieron actos de inmoralidad y vivieron sensualmente[ap] con ella, llorarán y se lamentarán por ella cuando vean el humo de su incendio, 10 mirando de pie desde lejos por causa del temor de su tormento, y diciendo: “¡Ay, ay, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad fuerte!, porque en una hora ha llegado tu juicio.” 11 Y los mercaderes de la tierra lloran y se lamentan por ella, porque ya nadie compra sus mercaderías[aq]: 12 cargamentos de oro, plata, piedras preciosas[ar], perlas, lino fino, púrpura, seda y escarlata; toda clase de maderas olorosas[as] y todo objeto de marfil y todo objeto hecho de maderas preciosas, bronce, hierro y mármol; 13 y canela, especias aromáticas[at], incienso, perfume, mirra, vino, aceite de oliva; y flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos, carros, esclavos[au] y vidas humanas[av]. 14 Y el fruto que tanto has anhelado[aw] se ha apartado de ti, y todas las cosas que eran lujosas y espléndidas se han alejado[ax] de ti, y nunca más las hallarán. 15 Los mercaderes de estas cosas que se enriquecieron a costa de ella, se pararán lejos a causa del temor de su tormento, llorando y lamentándose, 16 diciendo: “¡Ay, ay, la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, púrpura y escarlata, y adornada de oro, piedras preciosas y perlas[ay]!, 17 porque en una hora ha sido arrasada tanta riqueza.” Y todos los capitanes, pasajeros[az] y marineros, y todos los que viven del mar, se pararon a lo lejos, 18 y al ver el humo de su incendio gritaban, diciendo: “¿Qué ciudad es semejante a la gran ciudad?” 19 Y echaron polvo sobre sus cabezas, y gritaban, llorando y lamentándose, diciendo: “¡Ay, ay, la gran ciudad en la cual todos los que tenían naves en el mar se enriquecieron a costa de sus riquezas!, porque en una hora ha sido asolada.” 20 Regocíjate sobre ella, cielo, y también vosotros, santos, apóstoles y profetas, porque Dios ha pronunciado juicio por vosotros contra ella[ba].

21 Entonces un ángel poderoso[bb] tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó al mar, diciendo: Así será derribada con violencia Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada. 22 Y el sonido de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; ni artífice de oficio alguno se hallará más en ti; ni ruido de molino se oirá más en ti; 23 luz de lámpara no alumbrará más en ti; tampoco la voz del novio[bc] y de la novia[bd] se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra, pues todas las naciones fueron engañadas por tus hechicerías. 24 Y en ella fue hallada la sangre de los profetas, de los santos y de todos los que habían sido muertos sobre la tierra.

Notas al pie:

  1. Apocalipsis 16:1 O, santuario
  2. Apocalipsis 16:1 O, los siete tazones
  3. Apocalipsis 16:2 O, tazón y así en el resto del cap.
  4. Apocalipsis 16:2 O, se convirtió en
  5. Apocalipsis 16:3 Algunos mss. antiguos dicen: viviente, las cosas en
  6. Apocalipsis 16:4 Algunos mss. antiguos dicen: se convirtió en
  7. Apocalipsis 16:9 Lit., gran
  8. Apocalipsis 16:12 Lit., del nacimiento del sol
  9. Apocalipsis 16:14 Lit., toda la tierra habitada
  10. Apocalipsis 16:16 O, Ar-Magedon
  11. Apocalipsis 16:17 O, santuario
  12. Apocalipsis 16:18 O, ruidos
  13. Apocalipsis 16:19 O, los gentiles
  14. Apocalipsis 16:21 El peso de un talento era de unos 34 kg.
  15. Apocalipsis 16:21 Lit., enorme granizo…cae
  16. Apocalipsis 17:1 O, los siete tazones
  17. Apocalipsis 17:3 O, en espíritu
  18. Apocalipsis 17:4 O, piedra preciosa
  19. Apocalipsis 17:6 Lit., con gran asombro
  20. Apocalipsis 17:8 O, perdición
  21. Apocalipsis 17:9 Algunas versiones traducen: Esto, para la mente que tenga sabiduría:
  22. Apocalipsis 17:11 O, perdición
  23. Apocalipsis 17:16 Lit., la harán
  24. Apocalipsis 17:17 Lit., y ejecutar
  25. Apocalipsis 17:17 Lit., y dar
  26. Apocalipsis 17:18 Lit., que tiene un reino
  27. Apocalipsis 18:2 O, prisión
  28. Apocalipsis 18:2 O, prisión
  29. Apocalipsis 18:3 Algunos mss. antiguos dicen: caído por el
  30. Apocalipsis 18:3 Lit., furor
  31. Apocalipsis 18:3 Lit., el poder
  32. Apocalipsis 18:3 O, lujo
  33. Apocalipsis 18:5 Lit., juntado
  34. Apocalipsis 18:6 Lit., dobladle el
  35. Apocalipsis 18:6 Lit., mezclado, mezclad
  36. Apocalipsis 18:7 O, lujosamente
  37. Apocalipsis 18:7 Lit., de la misma manera
  38. Apocalipsis 18:7 O, llanto
  39. Apocalipsis 18:7 O, llanto
  40. Apocalipsis 18:8 O, llanto
  41. Apocalipsis 18:8 O, fuerte
  42. Apocalipsis 18:9 O, lujosamente
  43. Apocalipsis 18:11 O, su cargamento
  44. Apocalipsis 18:12 Lit., piedra preciosa
  45. Apocalipsis 18:12 O, cidros
  46. Apocalipsis 18:13 Lit., amomo
  47. Apocalipsis 18:13 Lit., cuerpos
  48. Apocalipsis 18:13 Lit., almas de hombres
  49. Apocalipsis 18:14 Lit., del deseo de tu alma
  50. Apocalipsis 18:14 O, perecido
  51. Apocalipsis 18:16 Lit., piedra preciosa y perla
  52. Apocalipsis 18:17 Lit., los que navegan a cualquier parte
  53. Apocalipsis 18:20 Lit., juzgado vuestro juicio de ella
  54. Apocalipsis 18:21 O, fuerte
  55. Apocalipsis 18:23 O, desposado
  56. Apocalipsis 18:23 O, desposada
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Apocalipsis 14-15

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El Cordero y los ciento cuarenta y cuatro mil

alimentemos_el_alma14 Miré, y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el Monte Sion, y con El ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de El y el nombre de su Padreescrito en la frente. Y oí una voz del cielo, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como el sonido de arpistastocando sus arpas. Y cantaban* un[a] cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados[b] de la tierra.Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados[c]de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha.

El mensaje de los tres ángeles

Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo,diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.

Y le siguió otro ángel, el segundo, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia!; la que ha hecho beber a todas las naciones del vino de la pasión[d] de su inmoralidad.

Entonces los siguió otro ángel, el tercero, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe una marca en su frente o en su mano, 10 él también beberá del vino del furor de Dios, que está preparado puro[e] en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero. 11 Y el humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos; y no tienen reposo, ni de día ni de noche, los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la marca de su nombre. 12 Aquí está la perseverancia de los santos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de[f]Jesús.

13 Y oí una voz del cielo que decía: Escribe: “Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor.” Sí —dice el Espíritu— para que descansen de sus trabajos, porque sus obras van[g] con ellos.

La siega de la tierra

14 Y miré, y he aquí una nube blanca, y sentado en la nube estaba uno semejante a hijo de hombre[h], que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz afilada. 15 Entonces salió del templo[i] otro ángel clamando a gran voz al que estaba sentado en la nube: Mete[j] tu hoz y siega, porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura[k]. 16 Y el que estaba sentado en la nube blandió[l] su hoz sobre la tierra, y la tierra fue segada.

17 Salió otro ángel del templo[m] que está en el cielo, que también tenía una hoz afilada. 18 Y otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, salió del altar; y llamó a gran voz al que tenía la hoz afilada, diciéndole: Mete[n] tu hoz afilada y vendimia los racimos de la vid de la tierra, porque sus uvas están maduras. 19 El ángel blandió[o] su hoz sobre la tierra, y vendimió los racimos de la vid de la tierra y los echó en el gran lagar del furor de Dios. 20 Y el lagar fue pisado[p] fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre que subió hasta los frenos de los caballos por[q]una distancia como de trescientos veinte kilómetros[r].

Los siete ángeles con las siete plagas

15 Y vi otra señal en el cielo, grande y maravillosa: siete ángeles que tenían siete plagas, las últimas, porque en ellas se ha consumado[s] el furor de Dios.

Vi también como un mar de cristal mezclado con fuego, y a los que habían salido victoriosos sobre[t] la bestia, sobre[u] su imagen y sobre el[v] número de su nombre, en pie sobre el mar de cristal, con[w] arpas de Dios. Y cantaban* el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:

¡Grandes y maravillosas son tus obras, oh Señor Dios, Todopoderoso!
¡Justos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de las naciones[x]!
¡Oh Señor! ¿Quién no temerá y glorificará tu nombre?
Pues sólo tú eres santo;
porque todas las naciones vendran
y adoraran en tu presencia,
pues tus justos juicios han sido revelados.

Después de estas cosas miré, y se abrió el templo[y] del tabernáculo del testimonio en el cielo, y salieron del templo[z] los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino puro[aa] y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. Entonces uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas[ab] de oro llenas del furor de Dios, que vive por los siglos de los siglos. Y el templo[ac] se llenó con el humo de la gloria de Dios y de su poder; y nadie podía entrar al templo[ad] hasta que se terminaran las siete plagas de los siete ángeles.

Notas al pie:

  1. Apocalipsis 14:3 Algunos mss. antiguos dicen: cantan, como un
  2. Apocalipsis 14:3 Lit., comprados
  3. Apocalipsis 14:4 Lit., comprados
  4. Apocalipsis 14:8 Lit., del furor
  5. Apocalipsis 14:10 Lit., derramado sin mezclar
  6. Apocalipsis 14:12 O, su fe en
  7. Apocalipsis 14:13 Lit., siguen
  8. Apocalipsis 14:14 O, al Hijo del Hombre
  9. Apocalipsis 14:15 O, santuario
  10. Apocalipsis 14:15 Lit., Envía
  11. Apocalipsis 14:15 Lit., se ha secado
  12. Apocalipsis 14:16 Lit., echó
  13. Apocalipsis 14:17 O, santuario
  14. Apocalipsis 14:18 Lit., Envía
  15. Apocalipsis 14:19 Lit., echó
  16. Apocalipsis 14:20 I.e., las uvas fueron exprimidas
  17. Apocalipsis 14:20 Lit., desde
  18. Apocalipsis 14:20 Lit., 1,600 estadios
  19. Apocalipsis 15:1 O, completado
  20. Apocalipsis 15:2 Lit., de
  21. Apocalipsis 15:2 Lit., de
  22. Apocalipsis 15:2 Lit., del
  23. Apocalipsis 15:2 Lit., teniendo
  24. Apocalipsis 15:3 Algunos mss. antiguos dicen: los siglos
  25. Apocalipsis 15:5 O, santuario
  26. Apocalipsis 15:6 O, santuario
  27. Apocalipsis 15:6 Algunos mss. dicen: piedra pura
  28. Apocalipsis 15:7 O, tazones
  29. Apocalipsis 15:8 O, santuario
  30. Apocalipsis 15:8 O, santuario
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