Autor: Norman Geisler
¿TENÍAN PERMITIDO LOS PROFETAS CAMBIAR LAS PALABRAS QUE RECIBÍAN DE DIOS?
Los profetas bíblicos tenían prohibido alterar el texto de las Escrituras Sagradas. Dios era implacable con cualquiera que intentara cambiarlas. Después de que el rey Joacim cortó y quemó columna tras columna de las palabras del Señor, Dios le dijo a Jeremías: «Toma otro rollo, y escribe exactamente lo mismo que estaba escrito en el primer rollo» (Jeremías 36:28). Nadie debía agregar ni quitar nada de lo que Dios había dicho. Agur escribió: «Toda palabra de Dios es digna de crédito … No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y te exponga como a un mentiroso»
(Proverbios 30:5~6). Es más, Juan escribió esto acerca de las palabras de su profecía: «Si alguno le añade algo, Dios le añadirá a él las plagas descritas en este libro. Y si alguno quita palabras de este libro de profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, descritos en este libro» (Apocalipsis 22:18~19). Esto no significaba que no pudieran recibir nuevas revelaciones sino que no podían alterar nada de lo que estaba escrito.
